miércoles, 6 de enero de 2010

MÉXICO 2010

2010 es un año muy importante para nuestro país ya que se conmemoran el bicentenario de la independencia y el centenario de la revolución que trastoco todas las capas de nuestro país y ocasiono los cambios que necesitábamos aunque estos se han dado muy lentamente –tanto desde la temporalidad y desde las cúpulas o elites que no han dejado u acompañado el cambio-.

Pero aunado a los festejos –que muchos gobiernos como el del estado de México pretenden gastar muchos millones de pesos, que hay que decirlo desde el año pasado ya lo están haciendo-, también nos encontramos con que la canasta básica de alimentos ha subido, que la gasolina, que algunos tramites jurídicos como el matrimonio en el DF o que en otros casos se han aprobado leyes que castigan el aborto en cualquier modalidad –incluyendo el aborto por violación-; nos encontramos con el tema y los hechos de los bombazos a sucursales bancarias –perpetrados los últimos por un grupo anarquista denominado “Conspiración de Fuego” el cual por cierto tiene su blog-, la extinción de Luz y Fuerza del Centro, la “guerra” contra el narco y el crimen organizado, los intentos de linchamiento en algunas comunidades de municipios del país, el “choque de trenes” –es decir, de postulantes a candidaturas- al interior de los partidos políticos por las candidaturas de las elecciones que ocurrirán este año en diversas entidades del país y un largo etcétera.

Todo lo anterior se esta concatenando para este año, que es el inicio de una década más y también lo que algunos analistas –y políticos que llevan agua a su molino- han denominado como la coyuntura en la que se puede dar un levantamiento armado social y es que los hechos nos están llevando a pensar en ello más seriamente debido a que tal parece que puede llegar a ser como consecuencia de lo que en el párrafo anterior hemos enumerado.

Desde la independencia de México hasta la Revolución hemos pasado del yugo español al yugo de los descendientes de ellos en nuestro país, al yugo de los caciques, al yugo de las elites políticas, al yugo de los poderes fácticos y económicos, al yugo de una cultura política súbdito –según las definiciones dadas por Gabriel Almond- originada por la falta de educación del pueblo mexicano, los medios de comunicación en su lógica de mercado ofreciendo contenidos paliativos o disuasores de la realidad y construyendo otras ajenas a nuestro contexto, y fomentado desde el poder por quienes han dirigido el destino de nuestro país por doscientos años. Esa es la razón por la que debemos tener miedo, pero no sólo nosotros como ciudadanos, sino en su mayor parte los que deciden nuestros destinos, los que son o representan el hilo conductor de este gran país, ya que no han sabido o no han querido llevarnos hacia otra etapa, hacia el desarrollo y crecimiento en todos sentidos; esa es la razón principal de que siempre esas personas se pregunten porqué no hemos progresado, porque todos nos rebasan ya sea por la izquierda, por la derecha o por el centro.

La sociedad civil debe despertar y exigir lo que quiere, porque así debe ser la democracia representativa y participativa; los tiempos han cambiado y con ello debemos cambiar nosotros también. El ciudadano debe estar presente en los procesos de toma de decisión y en los políticos, en ese sentido es importante la reforma política que propuso Felipe Calderón, pero no lo es todo. Ya basta de delegar decisiones a gente incompetente a gente que solo viene a saquear las arcas públicas y a beneficiar a sus familiares, amigos, cuates, compadres, al intercambio de favores, a esa cultura –que bien describía Octavio Paz- del chingón y a ese entreguismo tipo malinche –la de la historia oficial-.

2010, año difícil y hasta profético; pero también un año en que todos los mexicanos debemos enfrentarnos a nuestra realidad de manera diferente, participando de los procesos políticos, participando exigiendo, participando informándonos con libros, con periódicos, con revistas todos de contenido mayor al que encontramos fácilmente en los puestos de revistas –aunque hay excepciones-, no es la solución total pero es una parte muy importante de ella.

Otro conflicto armado no nos beneficia -aunque debemos reconocer que solo una caso que se pueda dar de choque puede sacudir al sistema y ponerlo a trabajar, no por ello se me acuse de incitar la violencia, es parte de mi análisis- porque seria lo contrario a lo que buscamos, seria regresar a otros tiempos y seria más tristemente continuar sobre el camino que llevamos; sirva este análisis a todos los ciudadanos y ciudadanas mexicanas para que se comiencen a conscientizar y sobre todo a participar porque sí podemos y es necesario que lo hagamos, cada quien desde su ocupación, su trabajo, sus ideas, su credo religioso, su identidad política partidaria, etcétera.

En especial para nuestros jóvenes, ya que al contrario de lo que se nos dice son el PRESENTE y no tanto el futuro de México, porque lo que necesitamos es pensar en el presente y aunado a ello con visión del país que queremos y no solo para nosotros sino para nuestros hijos o los hijos de todos, ya que todos compartimos un espacio, un tiempo y un destino como país.

Hay que ver nuestra historia, revisarla, analizarla; si no, como dijo Marco Tulio Cicerón el gran abogado de Roma: “estamos condenados a repetirla”.

Luis Enrique Reyes Elivar (Sociólogo egresado de la UAM Azcapotzalco)

Contacto: socioanalisis@hotmail.com

2 de Octubre No Se Olvida

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