A medida que va avanzando la
administración panista en Atizapán de Zaragoza, se van vislumbrando algunos
escenarios políticos para las elecciones que vienen en 2015, las cuales parece
que se están previendo negativas para el partido que hoy detenta el poder en el
municipio, puesto que a todas luces es un gobierno populista, sin acciones de
gobierno efectivas.
Dicho gobierno se ha preocupado
por hacer uso de la comunicación política, informando de los “logros y
acciones” que ha llevado a cabo por el municipio, como eventos donde contrata a
artistas destacados del país –gastos que no menciona en sus audiencias públicas
y que se mantienen en opacidad- , eventos deportivos donde fomenta la cultura y
el deporte (los cuales sirven solo para que las familias se distraigan viendo a
otros hacer ese deporte y mostrando actividades artísticas; donde no se cumple
para nada el compromiso de dotar a la población de las herramientas para
apropiarse de las actividades y donde el ciudadano participe de ellas y en
ellas, compromiso que tiene el gobierno para hacer que sus gobernados tengan
una mejor calidad de vida) y sin dejar de lado el festival de las artes
“Luminaria” (festival importante dentro del municipio, pero donde erogó la
cantidad de 5 millones y medio de pesos, los cuales servirían para reforzar
programas sociales y poner en marcha otros donde de verdad se atienda a las
familias atizapenses o a los jóvenes que por diversas causas han caído en la
adicción a las drogas o en otros problemas sociales).
No es malo que se tengan este
tipo de actividades descritas, pues es parte de lo que se debe hacer; lo que no
es bueno es que se esté haciendo esto en un municipio importante, tanto
industrialmente hablando como políticamente. No es posible que con esas
actividades, el gobierno esconda su inoperancia en temas torales como la
seguridad pública, donde tiene una deuda con la ciudadanía en temas como el
secuestro, los homicidios como el caso de la zona esmeralda, la aparición de
personas ejecutadas al estilo del narcotráfico y del crimen organizado; también
tiene una deuda al no tocar el tema de la pasada administración priista donde
se habla de fraudes, corrupción y nepotismo por parte de David Castañeda, así
mismo no hay una política pública destinada a abatir o combatir la violencia
intrafamiliar y hacia la mujer, no hay una estrategia clara para trabajar de la
mano de la sociedad atizapense.
El contexto es difícil y como tal
la retención de la alcaldía en la próxima elección. En ese sentido, el PRI está
con más posibilidades de poder ganar nuevamente esa posición ya que están
trabajando como siempre en el municipio y están dando resultados y eso, se
traduce en simpatías y éstas en votos que seguramente les darán el triunfo.
Por otro lado, está el PRD un
partido que a nivel nacional está dando una imagen contaría a lo que pretenden
ser. Y es que con la aprobación del dictamen de la Reforma Hacendaria han
contribuido a la marginación de las minorías y su economía. A nivel municipal
está más que partido y no se ven consensos que les vayan a permitir hacer un
mejor papel que en otras ocasiones, siempre sirviendo al poder en turno o al
partido que se ve que tiene mejores posibilidades para aliarse con él y sacar
dividendos políticos y económicos; actuando como un partido bisagra que se
preocupa por mantenerse. Y si a eso le sumamos la imagen que tienen de haberle
dado la espalda a AMLO en su lucha, peor.
Hoy el PRD tiene la oportunidad
histórica de sacudirse el lastre de la imagen y significado de López Obrador,
ya que se enfrentarán con su propio trabajo para darse cuenta lo que significan
en el imaginario de la ciudadanía traducido en votos, ya sin el efecto del
“mesías tropical”.
Es así como se van clarificando
las cosas en Atizapán que por supuesto nada es seguro, ya que las piezas se
pueden mover de distintas maneras, por lo pronto así se ven y así actúan.
Hasta el próximo comentario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario