domingo, 12 de julio de 2009

POLITICA, INFLUENZA Y JOVENES

POLITICA, JOVENES E INFLUENZA


El día de hoy tenía pensado solamente hablar sobre la política y los jóvenes en cuanto a su relación, pero se atravesó lo del virus de la influenza y todo lo que ya hemos visto y oído; sin embargo en cuanto a ese tema hay algo que decir además de lo ya escuchado y visto en los medios de difusión masiva.
Este año en nuestro país se celebraran elecciones para elegir a diputados federales y diputados locales y ayuntamientos municipales –si es que no pasa otra cosa por la influenza-, en ese sentido tenemos que la encuesta nacional de cultura política hecha por la secretaria de Gobernación da como resultado que la mayor parte de la población no cree en los Diputados y menos en la política y no cree en ellos o en general en la política ejercida por las instituciones con las que contamos dado que los medios de difusión nos dan una imagen negativa de los mismos, además de que en la realidad confirmamos lo que nos dicen o hasta a veces resulta peor y eso es indiscutible, pero también debemos reconocer que hay funcionarios e instituciones que no entran en ese criterio general, pero admitámoslo: son contados esos casos en parte debido al mismo sistema que no deja que los preceptos democráticos de transparencia y rendición de cuentas además de la eficacia y eficiencia con que deberían de contar.
En ese tenor resulta que la mayoría de ciudadanos no creen en el IFE, instituto que en los tiempos –a mi parecer- del Dr. José Woldenberg se condujo con bastante credibilidad y transparencia, y no se cree debido en su mayor parte a las deficiencias de comunicación y posiblemente también a lo que se conoce como “fraude” electoral del 2006, aparte del escándalo de los aumentos en sus sueldos.
Así, los jóvenes en general –ese sector que en México resulta ser el depositario del futuro y paradójicamente no del presente- resultan desilusionados y hartos de la imagen de lo que es la política o de por lo menos la imagen que se nos presenta en la televisión –principalmente- y en cómo se maneja nuestra clase política mexicana. Sin embargo, tenemos que ser críticos ante lo que vemos y vivimos resultado de ellos y de nuestras instituciones políticas como lo son los partidos políticos.
Esta bien, comprendemos así con el argumento anterior la posición u opinión de los jóvenes frente a la política. Pero, ahora viene mi reflexión, la política no termina ahí. La política hace referencia a la cosa pública, al interés sobre los asuntos que nos atañen a todos –el ejercicio de la categoría de ciudadano-.
Me pregunto si esos jóvenes que desdeñan saber o conocer sobre política (resultado de lo que mencionábamos líneas arriba), saben quiénes nos gobiernan?, participan en su comunidad con acciones como participación en juntas vecinales, comités u organizaciones comunitarias o de vecinos?, se enfrentan con la burocracia en la gestión de asuntos de su colonia?, se preocupan por las condiciones económicas, políticas y sociales del país?
Y es que muchas veces me he dado cuenta que una parte de esos jóvenes solo hablan o desdeñan solo porque los demás dicen y pregonan pestes (regularmente los medios de difusión masiva, los amigos y los familiares o los mismos políticos), sin que ellos mismos hagan el esfuerzo por conocer si lo que se dice es verdad, o por el contrario jóvenes que se interesan y se informan a medias; y tenemos otro tipo de jóvenes que participan políticamente pero con el plus de que llevan una carga ideológica que no los deja ver objetivamente las cosas y que podrían entrar en la categoría de reacios e intolerantes y grilleros, he ahí que después en el tiempo tenemos políticos que entienden la política como la destrucción del otro y la imposición de las ideas propias; además de creer que la política es un don divino y que no necesitan asesores (de campaña, de discursos, etc), como lo dijera el periodista y escritor español Juan Luis Cebrián se convierten en “fundamentalistas democráticos”[1], teniendo a la democracia como ideal o parámetro. Y tenemos otro tipo de jóvenes, aquellos que no están inmersos en el sistema educativo y que tienen un empleo formal o informal mal pagado y que lo único que les preocupa es sobrevivir y que por lo tanto están a merced del tipo de política que vemos en nuestro país; ya sea viendo o “informandose” mayoritariamente en la televisión o por el contrario sirviendo como trabajadores de algún Partido Político, haciendo el trabajo pesado.
Y es que la mayor parte de jóvenes de hoy día – mayores de 18 años- no tienen ese espíritu de participación en los ámbitos que hablábamos, y en parte tiene razón y no; sí por todo lo negativo que vivimos y vemos y no, porque deben tener iniciativa e ideales. La mayoría de esos jóvenes actualmente son más tendientes a lo cultural, a lo audiovisual; con eso de la internet y la globalización se va perdiendo en mucho la atención en lo local y no digamos en lo nacional. Esos jóvenes se ensimisman y se pierden en sus auriculares con su música, su facebook, su Hi5 y demás artilugios de la modernidad – revisar a Giovanni Sartori en Homo Videns-.
El capitalismo avanzado se va comiendo aspiraciones e institucionaliza el desinterés por la política en todos los niveles, dejándonos la idea de que lo político solo son elecciones y participación como funcionario de casilla, además de que nos adapta al sistema de que todo es rápido y que lo que interesa es el colaborar para hacer más grande el sistema y por supuesto que perdure muchos siglos más; por eso criticamos y vemos con enojo a las personas que se manifiestan en el espacio público como lo es la calle y es que no tenemos ese sentido de comunidad, de bien común, de tener memoria, de pensar no solo en nosotros sino en los que nos sustituirán en el tiempo.
Ser ciudadano es más que solo una palabra del argot de la democracia teórica, investiguemos y hagámosla efectiva en la realidad puesto que los cambios no vienen de la noche a la mañana y ser joven en nuestro país es en el discurso oficial un don que el sistema debe aprovechar para el futuro pero en la realidad es difícil, ya que nos encontramos con muchos problemas que dificultan el desarrollo y crecimiento de ese segmento poblacional dando como resultado lo que se ve en su participación política.


¿Y la Influenza?

“Hemos superado invasiones extranjeras, guerras civiles, catástrofes naturales, crisis económicas y políticas, y ninguna de estas amenazas ha podido quebrantar la voluntad de los mexicanos” -Felipe Calderón Presidente de México-, citado en el periódico IMPACTO El Diario en la página dos del Miércoles seis de Mayo de 2009 por el columnista Roberto Cruz Zúñiga.

Con el ánimo de no querer repetir información ya manejada hasta el hastío en los diversos medios de difusión masiva, quiero adentrarme a mencionar las distintas explicaciones que se han hecho con motivo de la pandemia que se vive.
Y es que en diversos medios se maneja con que las “ideas locas” de la teoría de la conspiración son bastante absurdas, pues se tratan de ver desde la óptica de la lógica muy superficial del medio que comunica –incluyendo a las personas-, además de tratar dicha información de manera que no genere más pánico y terror en los ciudadanos. Ayer martes en la noche, en el programa de Javier Solórzano en el canal 22 –de tv pública-, un académico del prestigiado Colegio de México hacía referencia a esas teorías que se le hacían de dos maneras: una, decía que le `parecían descabelladas y sin fundamento; por otro lado, decía que las otras tenían argumentos que no son del todo erróneos y son las que mencionare.
Creo que no se les debería rechazar del todo a estas teorías, porque en la historia nos hemos enterado que ha habido planes malévolos para distintos fines y en su mayoría orquestados por gobiernos poderosos o elites en el mundo o por consenso de los mismos (ahí tenemos la confirmación –si es que resulta ser verdad- del complot contra López Obrador en palabras de Carlos Ahumada en México).
En una información que se publico el día miércoles 29 de abril de 2009, en la página dos del mismo diario citado arriba, se hacía referencia al programa que se instrumento en nuestro país durante el gobierno de Vicente Fox (Escudo Centinela), concretamente en 2005, donde se dedujo que se esperaba una epidemia –pandemia- de influenza y donde según las conclusiones todo salió muy bien, solo faltaban detalles como el adquirir mayor número de vacunas e instrumento médico para cubrir la demanda, pero que eso se cubriría en los años venideros y que por lo tanto México estaba preparado para enfrentar a tal virus.
Punto número uno, si el gobierno estaba preparado ¿por qué los tomó por sorpresa “el nuevo virus”? y dentro de esa pregunta – si alguien sabe, me lo puede decir-: no se supone que como profesionales se crean posibles escenarios tanto sociales, políticos, económicos y me parece en este caso virológicos o epidemiológicos – es decir, posibles mutaciones del virus-?
La sociedad mexicana en su mayoría no cree que el virus sea cierto, ahí tenemos que en una encuesta reciente arrojo que el 95% de las personas no conocía a nadie que estuviera infectado con el virus; es por ello que encontramos distintas construcciones sociales de la epidemia, desde el discurso oficial que hace referencia como que a la lucha, a no bajar la guardia y escudriñando el pasado con eso de las amenazas; el otro el discurso público el cual dice que el virus no es verdad, que solo es una cortina de humo. Paralelamente debemos preguntarnos ciertas cosas, ya que el virus es real y posiblemente se ha exagerado la manera de presentarlo a la población o por el contrario es más peligroso de lo que se pensaba: ¿por qué cierran las escuelas y dejan que las actividades productivas sigan su cause?, ¿es este caso el chupacabras moderno?, ¿por qué o de qué quieren desviar la atención?, por qué desinfectar las aulas?
Parece descabellada la idea de un complot o de la teoría de la conspiración, pero no se debe desdeñar así solamente…. ¿Porqué entonces no hacen lo mismo en el caso del SIDA o del Cáncer, es decir implementar medidas preventivas de urgencia e informar a las personas? Se supone que también son epidemias y también han matado millones de personas en todo el mundo, o es porque este virus de la influenza puede matar a miles, quizá millones en pocas semanas?, ¿cuál es el contexto mundial donde se inserta esta epidemia?; en ese contexto encontramos que hay una crisis económica mundial, que hay intentos de demostrar por algunos gobiernos (Corea del Norte, China, Rusia, Pakistán e Israel) que cuentan con un gran poderío militar principalmente.
En lo local –en nuestro país- encontramos que hay un tratado con Estados Unidos llamado Plan Mérida donde no solo hay apoyo económico e instrumental para enfrentar la lucha contra el narco, sino que también en él se incluyen la Reforma al aparato de justicia mexicano; por ello tenemos ahora juicios orales y las diversas operaciones limpieza dentro de las instituciones policíacas, así como varios temas como el ASPAN, la ley de consumo de drogas, etc.
También como dato tenemos que en la comunidad de la Gloria en Perote Veracruz, se dieron los primeros casos de influenza –o lo que parecía ser-, donde precisamente hay una empresa estadounidense llamada Granjas Carroll de México dedicada a la crianza de cerdos, la cual no tienen las medidas necesarias de higiene y que por lo tanto genero un foco infeccioso dando como resultado los síntomas de la tan temida influenza, por la internet se puede ver un documental donde se trata este caso en el link: www.plumaslibres.com.mx o en YouTube tecleando: Pueblos Unidos.
En nuestro país se acaba de aprobar la ley de consumo mínimo de drogas, la ley de los salarios máximos para funcionarios públicos entre otras y también íbamos atener la celebración del día del trabajo en medio de la crisis económica y el desempleo generalizado; en suma descontento social hacía el gobierno. Tampoco hemos sabido nada de la lucha contra el narcotráfico.
Pero, cuáles son los resultados sociales de todo esto?
Primero, que en nuestra sociedad después del virus esta implantado el miedo y por medio y fundamentado en este, el gobierno puede instaurar políticas que pueden resultar agraviantes y de dominación –ahí tenemos como caso el de el gobierno Chino- y en México el de no hacer vida social durante casi dos semanas; la interacción social se ve marcada por los cubre bocas y el temor a toser o estornudar en público porque se corre el riesgo de ser estigmatizado y segregado – tenemos el caso en Guerrero donde una turba de campesinos apedreo a un coche proveniente del distrito federal a unos días de dar la noticia del virus-, para los niños y jóvenes no hay entretenimiento más allá de sus hogares, ni consumo en algunos lugares –centros comerciales, antros y salas de cine-.
Y hasta hubo muchas personas que lucraron con los cubre bocas, también sabemos de las denuncias por parte de ciudadanos que no eran atendidos por algunos hospitales, hallamos una “canción”- que en lo personal se me hace boba y un ejemplo de que lo audiovisual o multimedia, ya que apareció en YouTube, tiene un peso muy importante en la creación de opinión pública (remito de nuevo a Sartori)- que trata el tema y la “moda” en diseños de los cubre bocas.
Aunado a esto hallamos que las teorías de la conspiración emergen con mucho más fuerza en una sociedad que esta poco educada y en la cual la autoridad es vista como no autoridad – me refiero a las instituciones del Estado y a los Partidos Políticos-, si bien solo como una estructura deformada de lo que debería ser, refleja lo que subyace en el imaginario colectivo: desconfianza y mentira.
Segundo, los partidos políticos también quieren aprovechar el momento y buscan posicionarse en la población, el ejemplo claro es el del Partido Verde Ecologista de México; el cual instauro un “servicio” de llamadas locales en el D.F. donde se hacían llamadas a diversos hogares y se indicaba a las personas las medidas precautorias que debían seguir y al final de dicha información se les recordaba que el Partido Verde estaba “preocupado” por los ciudadanos.
A su vez, ahora que bajo la alerta de influenza, el Partido Acción Nacional saco un spot donde se nos recuerda a los ciudadanos lo que no debemos hacer para evitar la propagación-contagio del virus; que resulta violatorio de la ley ya que se usa una estrategia sanitaria del gobierno con fines político-electorales para su partido.
Dentro de todo este escenario hay que hacer hincapié en la forma de comunicar los hechos sobre todo de los medios de difusión masiva ya que en ocasiones se mostraron cautos y en otras -como en TV Azteca- se trataba de mostrar al público escenas lo más impactantes posibles para que las personas vieran la magnitud de la epidemia, ello contribuyo a que las personas se confundieran en los términos para llamarle al virus; dado que primero se le llamo influenza porcina, después humana y por ultimo A H1N1.
Y es que el hecho de denominarle “Porcina” trajo como consecuencia que cayera el consumo en productos derivados del cerdo y que en algunos países como Turquía se sacrificara masivamente a esos animalitos.
Otro resultado de la comunicación y del alarmismo fue la manera en cómo el ser mexicano significo – o significa- portador del virus, el estigmatizar a todos con una sola denominación sea que estuvieran infectados o no. Ello nos muestra lo que subyace dentro del discurso democrático de tolerancia que existe en el mundo, la intolerancia y el rechazo de los otros que me atrevería a decir tiene que ver con el racismo, lo vimos históricamente con el advenimiento y desarrollo de las prácticas nazis contra los judíos en europa, casi todos los países europeos le dieron la espalda a los judíos, los despreciaban, los entregaban, etcétera y resurgió el sentimiento antisemita, y ello no nos descarta a nosotros mismos –a nivel local y mundial, tenemos el ejemplo del desprecio mexicano a la CONMEBOL, en respuesta al cierre de lugares (aeropuertos, estadios de futbol, etc) para mexicanos originado por el brote de influenza-.
Sin duda, la naturaleza esta trayendo cambios sean intrínsecos o como resultado del cambio climático o manipulación de laboratorio y eso no es mentira ni un invento, por lo tanto tenemos que estar preparados para lo que pueda venir más adelante. Una cosa que nos trajo la influenza fue el recordarnos que hemos dejado de ver por nuestra salud, que hemos olvidado medidas higiénicas como el lavarnos las manos, comer en lugares aseados y medidas cívicas como utilizar un pañuelo al toser o estornudar. También no debemos olvidar reclamar a nuestros gobernantes transparencia, rendición de cuentas, medidas sanitarias y sobre todo no politizar los asuntos como el de la salud.
Por ultimo, debemos ser más cautos al recibir información, es decir, estar más informados e investigar por nuestra cuenta lo que se nos dice; otra cosa que no debemos olvidar es ser más aseados porque al cuidarnos cuidamos a los demás ya que también mientras la influenza pasaba nos acordamos que si a uno le pasa al otro puede que también, no olvidar que vivimos en sociedad y la sociedad hace que existamos en los otros.
La influenza puso en el reflector el tema de la ciencia como un factor muy importante en nuestro país (y en el mundo) tanto en estos casos de riesgo sanitario como para el desarrollo porque ahí esta el futuro y presente de nuestro país entre otras cosas; y por otro lado, que el “virus” de la pobreza no lo hemos eliminado, ni todo lo negativo que vive latente en nuestra sociedad.

Contacto:

djkady@hotmail.com

[1] Cebrián Juan Luis, “El Fundamentalismo Democrático”. Ed. Punto de Lectura. 2003.

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