miércoles, 28 de abril de 2010

REFLEXIÓN SOCIOLOGICA SOBRE EL MIEDO

El miedo es una construcción social y depende de la cultura donde se desarrolle para tomar diversas maneras de interpretarla, que en occidente tienen la connotación de negatividad, es decir, desde una visión maniquea es lo malo. La conciencia del miedo proviene desde que el hombre comenzó a razonar más sus circunstancias o contexto social y los fenómenos que sucedían a su alrededor, en ese sentido va de la mano de la religión puesto que lo que no se puede explicar concretamente se deja a la intervención divina.
En sociedades Orientales y en la América prehispánica –desde el punto de vista occidental- el miedo se asocia con ritos donde hay sacrificios humanos y donde no se tiene miedo de morir, al contrario se nos explica que la muerte es vida o un transito y un reciclaje de la energía llamada chi o qui. El miedo no solo se manifiesta en cuanto a comportamientos como los antes descritos, también existe el miedo al amor, el miedo a lo nuevo, el miedo a las personas y las fobias que encontramos socialmente, que nos impiden ver la realidad tal cual es.
En occidente la conciencia de la muerte es lo primero que da miedo, puesto que es lo único que estamos seguros nos pasara en algún momento de nuestra existencia y es ese miedo el que nos hace hacer cosas positivas o negativas; el miedo es el que nos hace que inventemos personas, entidades, ritos, brujos, enemigos, etc; que se inicien guerras de fundamentalismos ideológicos, guerras étnicas, etc. Del lado positivo el miedo nos hace fuertes para sobreponernos a una tragedia, para regresar con más bríos y lograr objetivos, para encontrarnos a nosotros mismos después de una crisis personal o social.
Hoy en día sociólogos como Anthony Giddens, Scott Lash, Ulrich Beck y Sygmunt Bauman reflexionan acerca de lo que se denomina sociedad del riesgo y que viene precisamente por ser o tener conciencia de que lo que el hombre ha hecho en el pasado tiene consecuencias negativas, es decir, lo que el ser humano hizo en el pasado tiene riesgos que no fueron previstos –desde la primera revolución industrial- y hoy en día en la posmodernidad nos topamos con esas consecuencias y las vivimos, por eso estamos en la incertidumbre y al mismo tiempo todo es difuso, de ahí que la sociedad hoy día actúe bajo los principios y valores capitalistas de valor de uso y valor de cambio, no nos interesa pensar en edificar bien el presente para tener un futuro más sólido y en cierta manera seguro; de ahí que ahora veamos una gran preocupación social y gubernamental por el clima y la fauna, por nuestra apariencia física, sicológica, moral, intelectual y espiritual.
Hoy día el miedo permea casi todo lo que conocemos, va de la mano de lo que muchos teóricos llaman la tercera revolución industrial y es el uso y el desarrollo de la tecnología multimedia, no hay certidumbres y es por eso que pretendemos encontrar o reencontrar nuestra identidad en la Internet, así como la certidumbre de lo que somos como género humano; en practicas sociales reproducidas y dictadas desde la televisión y la clase dominante, claro todo lo anterior de una manera indirecta porque recordemos que la sociedad esta antes, durante y después de nosotros. Por eso las relaciones amorosas son liquidas, frívolas –en algunos casos- y fugaces.
Una consecuencia de lo anterior son las películas que Hollywood nos exporta de temática enfocada a superhéroes o películas que tienen alto contenido de acción y sexual. Otra manera de ver el miedo lo experimentamos cuando la mayoría de medios de comunicación nos mostraban las imágenes de los aviones que pusieron fin a uno de los símbolos del imperialismo económico a nivel mundial: las torres gemelas.
La libertad también nos da miedo, ya Erich Fromm trataba el tema desde los años 30 donde nos decía que el hombre moderno no ha podido encontrar la libertad y debido a ello ha tornado al hombre ansioso, aislado e impotente; Octavio Paz nos daba una explicación en El Laberinto de la Soledad sobre el miedo en el mexicano diciéndonos –palabras más, palabras menos- que el mexicano aprovecha la muchedumbre para aventar la piedra y esconder la mano, solo en “bola” logra comportarse como realmente quiere.
Finalmente, el miedo es parte de nosotros y hay veces que parece que algunas culturas logran vivir bien con el –de acuerdo a sus costumbres y tradiciones- y otras se empecinan en crearlo y propagarlo para lograr control en las relaciones de poder. Me despido con una cita de la Lic. Cynthia Méndez Lara colega egresada de la UNAM: “El miedo tiene un objeto específico, y cuando hay un objeto, es posible hacerle frente. Al construir un objeto, también se construye un sujeto; un sujeto peligroso, que es el portador de todos los males. La historia nos muestra varios de estos sujetos portadores de los miedos colectivos como son: las brujas, los judíos, los musulmanes, los migrantes, los adictos, etc.” *

Por: Luis Reyes Elivar (Sociólogo egresado de la UAM Azcapotzalco)


* Cita extraída del texto: “El miedo al delito violento en los espacios de consumo. El tianguis de Santa Cruz Meyehualco” que es parte de un estudio que trata sobre el Análisis sobre la violencia social en la Delegación Iztapalapa. El texto se encuentra en la Internet.

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